El bloque de izquierda se rearma en Madrid empujado por el oxígeno del CIS | España

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su visita este lunes a los comercios del distrito de Tetuán, en Madrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante su visita este lunes a los comercios del distrito de Tetuán, en Madrid.JuanJo Martín / EFE

La campaña de verdad empieza ahora. La encuesta del CIS, la mayor de las realizadas hasta el momento, con 4.124 entrevistas entre el 19 y el 28 de marzo, ha supuesto una importante inyección de moral en el bloque de la izquierda, que venía con clara desventaja en otros sondeos. El empate que ofrece el CIS entre los dos bloques a 68 escaños —en Madrid no hay un Parlamento impar como en otras comunidades— supone un acicate para el PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos, que ven como a pesar del espectacular crecimiento del PP, que va camino de arrasar, hay una posibilidad real de que el bloque de la derecha no sume y la izquierda pueda recuperar Madrid después de 26 años.

En realidad, el bloque progresista ya sumó más escaños una vez, en 2003, pero el tamayazo —La traición de dos diputados socialistas— impidió que Rafael Simancas fuera presidente y desde entonces la derecha siempre ha sumado más, aunque solo en 2011 con una gran distancia. De hecho en 2015, cuando la izquierda logró hacerse con el Ayuntamiento de Madrid, Cristina Cifuentes conservó la Comunidad y sumando a Ciudadanos logró la mayoría absoluta por un solo escaño y gracias a que se perdieron los 130.000 votos de IU, que se quedó en el 4,2% y no pasó el corte del 5%.

Ahora esa trampa mortal del 5%, que no tienen otras comunidades —en Cataluña es el 3% – puede ser fatal para la derecha, porque podrían caer en ella tanto Ciudadanos como Vox, según el CIS. La encuesta del instituto público deja al partido de Inés Arrimadas fuera de la Asamblea y al de Santiago Abascal al borde de caer a ese precipicio, con un 5,4%, porque Isabel Díaz Ayuso, que tiene mejor valoración entre los votantes de Vox que la propia candidata, Rocío Monasterio, lograría concentrar casi todo el voto de la derecha, el gran sueño de Pablo Casado. Sin embargo, esos restos de Cs y Vox, si finalmente no entraran, podrían permitir que la izquierda sumara, siempre que haya una movilización muy importante del voto progresista en el mes que queda para los comicios.

Movilización inesperada

La encuesta del CIS detecta con claridad que el bloque conservador parece más motivado para ir a votar, pero en general hay una movilización inesperada que ha sorprendido a los propios encuestadores —el 75% de los sondeados dicen con seguridad que irán a votar, algo improbable en unas elecciones anticipadas, realizadas en martes y con el miedo a la covid muy presente— y marca el arranque de un mes frenético en el que los dos bloques se van a volcar casi como si fueron unas elecciones generales, porque son innegables las consecuencias inmediatas que tendrán para la política nacional. Unidas Podemos ha decidido poner en liza a su líder, Pablo Iglesias, pero en La Moncloa señalaban que con estos datos del CIS se confirmaman sus planes de volcar todo lo posible al presidente, Pedro Sánchez, que ya este domingo entró con fuerza al choque contra Díaz Ayuso, ya todo el resto del Gobierno y del partido.

Elecciones en Madrid: ¿qué dice (y qué no) la encuesta del CIS?

La presidenta de Madrid, una absoluta desconocida en política hace solo dos años, cuando Pablo Casado decidió por sorpresa que fuera la candidata, es la gran protagonista de las elecciones y la favorita sin discusión, gracias a una estrategia de choque con Sánchez diseñado por su gurú, Miguel Ángel Rodríguez, que ya lo fuera de José María Aznar en los 90. Todos los encuestadores consultados señalan que en este momento la opción más probable de Gobierno después del 4 de mayo sigue siendo la de Ayuso con el respaldo de Vox. Nadie acaba de creerse la posiblidad de que el partido de Abascal, en pleno ascenso en los últimos meses, se quede fuera de la Asamblea. Sin embargo, el CIS ha abierto una puerta que nadie acaba de cerrar del todo, y es la posiblidad de una sorpresa en función de una inesperada movilización del voto progresista para evitar el primer gobierno con vicepresidentes y consejeros de la extrema derecha en una región de las más pujantes de España y una de las que tiene más peso político.

Tanto en La Moncloa —desde donde se dirige la campaña socialista con Iván Redondo al frente de la estrategia— como desde Unidas Podemos y Más Madrid se tomaron los datos del CIS, sobre todo las tripas de la encuesta, que hablan de la posibilidad de una importante movilización de los votantes pese a lo atípico de la convocatoria, como un revulsivo para subir el tono de la campaña del bloque de izquierdas, que hasta ahora parecía más parada frente al embate del PP, que está demostrando una fortaleza en Madrid. “Queda muchísimo tiempo y el CIS demuestra que hay partido, todo depende de la movilización del voto progresista especialmente en algunos barrios de Madrid y sobre todo fuera de la capital, en el cinturón industrial”, coincidían varios dirigentes socialistas y de Unidas Podemos o Más País.

Mientras, desde el PP, donde se mostró muy confiados en la victoria y en seguir gobernando Madrid, la gran inquietud es que Vox no puede llegar al 5%. Pero todos los estrategas consultados señalan que el grupo de Abascal siempre va de menos a más al final de sus campañas y ven muy difícil que se quede fuera. En cualquier caso los dirigentes del bloque de la izquierda consultados insistían en que si no hay una movilización espectacular de los votantes progresistas, es casi seguro que Ayuso seguirá siendo presidenta de Madrid. Algunos creen que el CIS está siendo demasiado optimista con la izquierda. Lo ha hecho en varias ocasiones en los últimos meses, con sonoros fallos, especialmente en las segundas generales de 2019, pero acertó bastante en las recientes catalanas, con la victoria del PSC.

Elecciones reñidas

El sondeo del CIS habla de unas elecciones muy reñidas. La encuesta otorga la victoria al PP, con un 32% de intención de voto y 59 escaños, y lo sit con posibilidad de lograr 68 diputados, a un escaño de la mayoría en la Asamblea madrileña, si suma sus apoyos con los de Vox, a los que otorga un 5,4% de los votos y nueve escaños. El sondeo también concede 68 diputados al bloque de la izquierda. El PSOE obtendría el 25,3% de los votos y 38 asientos; Más Madrid, 14,8% y 20 diputados; y Podemos, 8,7% en voto y 10 representantes. El estudio deja tanto a Ciudadanos ―que lograría un 4,4% de los votos, por debajo del límite para entrar en el parlamento regional, el 5% – como a Vox ―con el 5,4% – en riesgo de perder su representación en la cámara madrileña.

La mayoría absoluta tras los comicios del próximo 4-M no se situará en los 67 escaños actuales, sino que harán falta 69 diputados para obtenerla. En lugar de los 132 representantes que hay en la actual legislatura, en la próxima se elegirán 136, en virtud del crecimiento de población del último padrón. En 2019, la presidenta madrileña gobernó con 30 escaños a pesar de que el PSOE ganó las elecciones con 37, gracias a que sumó con Ciudadanos en coalición (26) y Vox apoyando desde fuera (12).

El empate entre el bloque de la derecha y la izquierda que dibuja el sondeo no ha estado exento de polémica. El cofundador y principal investigador de Metroscopia, José Pablo Ferrándiz, considera que los escaños que otorga el centro que dirige José Félix Tezanos son erróneos: “No ponemos en duda la estimación de voto del CIS, pero hay un error matemático en el cálculo de escaños . Si este fuera el resultado final del 4-M, esos no tienen los diputados que corresponderían en la Asamblea ”. Ferrándiz explica que los números son tozudos, y, al meter los porcentajes estimados en un simulador D’Hondt ―fórmula que permite obtener el número de cargos elegidos en cada candidatura, en proporción a los votos conseguidos―, no debe salir ese número de escaños . Según sus cálculos, de acuerdo a la estimación de voto, el bloque de la izquierda obtendría 70 diputados y superaría a la derecha, con 66 representantes.

Sin embargo, el director del CIS rebate por completo esta tesis que señala este presunto error y asegura que las dos columnas, la de la estimación del porcentaje y la de los escaños, “responden a realidades distintas”, esto es, no se ha obtenido la segunda aplicando la ley D’Hont a la primera, como ha hecho Ferrándiz. “La primera estimación responde al modelo que tiene más probabilidad, la segunda es una mediana de varios modelos”, señala Tezanos. El presidente del CIS explica que la gran complejidad de los datos de estas elecciones, con la posibilidad de que Ciudadanos entre o salga de la Asamblea por muy pocos votos, lo que le llevaría a tener entre 0 y 7 escaños por muy pocas décimas, ha aconsejado no utilizar las horquillas que se usan en otras ocasiones, porque demasiado amplias en función de esa incógnita del partido de Arrimadas, y han llevado a hacer una estimación de escaños con una combinación de varios modelos.

Las elecciones madrileñas, que Díaz Ayuso convocó anticipadamente el pasado 10 de marzo tras conocer la moción del PSOE y Ciudadanos para desbancar del poder en Murcia al popular Fernando López Miras, son decisivas para el tablero completo de la política española. Quien más se juega es sin duda la derecha, que es quien gobierna y tiene más que perder. Si logra consolidar su mayoría y gobernar con Vox, Ayuso marcará el camino a Pablo Casado, que había apostado por alejarse de la formación de Abascal. Un gran éxito de Ayuso podría relanzar la alicaída moral del bloque de derecha en toda España, aunque en La Moncloa creen que mientras se acerque a Vox, Casado y el PP no tienen posibilidades de gobernar en todo el país porque la realidad sociológica de Madrid no es la de toda España.

En la izquierda, por su parte, se juega no solo la capacidad de Iglesias de salvar a su propio partido en el lugar donde nació, sino también la pelea eterna con Más Madrid y sobre todo la capacidad del bloque que gobierna en La Moncloa de movilizar a sus votantes en un momento especialmente difícil, con una crisis económica profunda en marcha y un plan de vacunación que no acaba de despegar.

Las conclusiones de este último estudio contrastan con las encuestas publicadas en las últimas semanas, ya que hasta ahora no se hablaba de un empate entre el bloque de la derecha y el de la izquierda. Los primeros sondeos publicados entre el 15 de marzo y el 4 de abril, como el de Sigma Dos del pasado, apuntan a que el PP ganaría con alrededor del 38% de los votos y Ayuso obtendría 61-62 diputados. El PSOE de Ángel Gabilondo, que ganó las elecciones de 2019 con 37 diputados, pasaría a ser segunda fuerza con el 25% de los votos y sacando 33-35 escaños, mientras que Podemos, liderado por Pablo Iglesias, conseguiría un 8% de los votos y subiría así hasta los 11-12 escaños frente a los 7 actuales. Vox lograría el 10% de los votos, sacando 10-11 escaños y bajaría de los 12-13 que le daba la última encuesta, disputándose así la tercera plaza con Más Madrid, que tiene una previsión del 11% de los votos y unos 18 -20 escaños. Ciudadanos obtendría el 4% de los votos, por debajo del límite del 5%, y se quedaría sin representación.

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