Resumen y goles del Borussia

No le hace falta jugar bien. Tampoco generar multitud de ocasiones. Ni siquiera ser un muro en defensa. El Bayern tan solo necesitó exhibir su pegada para llevarse el ‘Klassiker’. Y en consecuencia, el liderato. El Borussia, comandado por un incansable Haaland, se marchó sin premio de su estadio en un partido que requirió llevado.

Dos ocasiones en menos de dos minutos. Una por bando. Ambos conjuntos dejaron claro desde el pitido inicial que iban a por todas. Que el liderato no se regalaba. Un inicio frenético y una intensidad que se mantuvo durante todo el partido, pero con mucho respeto y miedo a cometer errores.

Poco a poco, el Bayern se asentó sobre el césped y comenzó a llevar las riendas del encuentro, acechando a un Borussia que esperaba la suya a la contra. Y ahora no faltaron. Gortezka hizo volar a Burki con un testarazo y Haaland se quedó a centímetros del gol tras un tiro demasiado cruzado. Los ‘Mia san Mia’, buscando superar líneas con balones largos, encontraron premio en una jugada de puro fútbol vertical que materializó Lewandowski. No obstante, el VAR detectó un justísimo fuera de juego y decidió anular el tanto. Cosas del nuevo fútbol.

Pero a los de Flick se les dio la vuelta a la tortilla. Un partido que parecía controlado se le fue de las manos tras una preocupante lesión de Kimmich, que se fue entre lágrimas. Y al filo del descanso, la peor de las noticias. Reus, que remató incomprensiblemente solo dentro del área, abrió la lata.

A cualquier equipo se le habría caído el mundo encima y le habría costado horrores reponerse de ese duro golpe psicológico. Pero esto al Bayern no le pasa. El Bayern responde. Antes de ir a los vestuarios, llegó la igualada en una falta en la frontal. Tocó Gnabry, paró Muller y Alaba mandó el balón al fondo de las mallas tras rebotar en Meunier. La suerte del campeón, dicen.

Empezaba otro partido tras el receso. Y Haaland, un auténtico dolor de cabeza para la zaga bávara, tuvo el gol en sus botas. No supo si disparar o regalar el tanto en el segundo palo, y le quedó un envío flojo y desviado que no aprovechó nadie. Pagaron el error. Porque acto seguido, Lewandowski le ganó la partida a Hummels dentro del área y culminó la remontada con un cabezazo soberbio lejos del alcance de Burki. Sin piedad. Incluso Coman, que se topó con la madera, pudo echar el lazo al duelo.

Fue en vano el ímpetu ‘borusser’, que se lanzó para buscar al menos, un empate. Porque el ataque de los de Favre se topó una y otra vez con un muro llamado Neuer. Ya con el partido roto, Sané sentenció el ‘Klassiker’ a la contra. De nada sirvió el tanto de Haaland, que anotó un gol más que merecido. Fue demasiado tarde.